viernes, 31 de octubre de 2008

LA CASA

por Mónica Wooley


Aquella mañana como todos los días me levanto,preparo el desayuno y escucho que alguien golpeo la puerta de entrada
-Buenos días!
-buenos días señor!
-Usted es la señora Sara Parker?pregunto el hombre
-Si!conteste
-Este sobre es para usted y debe sre entregado en sus manos.
-Muchas gracias!conteste
Aquel hombre se retiro de mi casa apresuradamente.
Cierro la puerta,me siento en el sillón y habro el sobre el cual contenía una carta que decía que yo era la heredera de una gran casa ubicada al norte de la ciudad,más precisamente en la avenida 54 número 1140.
No lograba entender cómo?porque?quién?.Mil preguntas rondaban en mi cabeza,lo que si sabía era que al fín iba a poder tener mi propia casa,mi hogar.
Fue así que a la semana siguiente de haber recibi la carta junto a mi familia decidimos ir a conocer la casa.
El viaje fue corto hasat que por fín llegamos a la gran avenida 54 y doblando a la derecha estaba la gran casa de color celeste bella,bellisíma!.
Bajamos de la camioneta y me dirijo a introducir la llave en la cerrdura y de repente un hombre alto,canoso,y podría decir ya entrado en edad nos habre la puerta del lado de adentro,
¡Ay!!todos gritamos muy asustados
¿Qui,quien es usted?le pregunte con vos temerosa
-Yo soy Alan Parris,el mayordomo de la casa y estoy a disposición de usted y su familia.
Seguía sin entender,pero entre tanto alboroto,gritos y demás nos dispusimos a bajar nuestras cosas.
Aquella tarde transcurrió acomodando y organizando nuestro equipaje y pertenencias en las dependencias de la casa.
Llegó la hora de la cena y el Sr.Parris preparo una cena de bienvenida.Finalizada la comida se escucho:
-Todos a dormir!dijo el Sr.Parris con voz gruesa,ceño frunsido.
Él era arrogante,despectivo.
Una mañana cuando nos dispusimos a desayunar el Sr.Parris no se encontraba por ningún rincón de la casa,pero si encontre una hoja escrita en la mesita del télefono que decían:
-Esta fue mi casa por muchisímos años donde vivi hermosos momentos junto a mi familia,ahora que ya no tengo familia,que ya no me queda nada,les dejo mi casa para que sean tan felices como yo en algún momento lo he sido.
Alan Parris

jueves, 30 de octubre de 2008

CONFESION

Cometí un gran error. Ahora lo sé pero ya es tarde. Estoy muerto y no puedo remediarlo. Aunque puedo afirmar con certeza que fue aquel hecho el que me trajo al infierno. Es irreparable, el mal que hice en vida me perseguirá por toda la eternidad.

Recuerdo con exactitud el minuto en el que tomé la decisión, sin saberlo, de cambiar mi destino. Ahora lo sé pero ya es tarde. Recuerdo la sonrisa macabra que se dibujó en mi rostro al ejecutar mis planes. También recuerdo su cara…pobre infeliz. Entienden ¡pobre infeliz! No se negó. Ni siquiera deja de hacerlo, ahora que sabe que estoy muerto.

Todo comenzó hace unos veinte años, cuando la vi por primera vez en el parque. Me deslumbró. Sus infinitas piernas hicieron que me ahogara en mis propios deseos. Ella tenía que ser mía. Sólo mía. Únicamente mía. Y sería mía. Utilicé toda clase de recursos para conquistarla. Gasté gran parte de mi fortuna en ella y la muy... me rechazaba. ¡Me rechazaba! ¡A mí! Hablaba de amor, la desgraciada. ¿Amor? Tarde o temprano sería mía, de eso no dudaba. Diez mil pesos pagué por su ultraje. Una y otra vez. Llegó llorando a mí. Desesperada. Embarazada. Abandonada. Nos casamos. Fue mía. Era mía. Más tarde, cuando el vástago nació, se alejó. Me rechazaba nuevamente. ¡A mí, su salvador! Me hacía a un lado por un mocoso ¿Comprenden? No justifico lo que pasó después pero era inevitable. El niño se entrometió. No tuve más remedio. Ella no entendió que todo fue por nuestro bien. La miserable me amenazó con denunciarme. ¡A mí! No me dejó alternativa. El camino más fácil hubiera sido matarla pero la quería. Busqué otra solución. ¡Pobre infeliz! Aceptó…por miedo. Me tenía miedo. Todavía, me teme. La declararon demente. Las pastillas que le suministró la dominaron. Aún la dominan.

María Cecilia Tijero

miércoles, 29 de octubre de 2008

EL INMORTAL

Por Andrea Yael Rolón

Tenía 6 años cuando mis padres dejaron este mundo. Muy vagos recuerdos han quedado de esos tiempos, de mis padres, del accidente, Por lo general en mi familia trataban de aislar a los menores de las situaciones trágicas, para ellos. Un accidente automovilístico fue el causante de la desgracia, según mis abuelas.

Sin muchas explicaciones fui a parar a Junín, a la casa de unos amigos de mis padres. Eran mis padrinos, desconocidos para mí hasta ese momento.

Fausto y Virginia se encargaron de mi crianza. Eran buena gente, se ocupaban que nada me falte y estaban en todo lo que necesitaba. Tampoco les traía muchos inconvenientes. Siempre fui un chico tranquilo, obediente, un poco inculcado por mis padres y otro poco para no ser molestia ante las personas que sin interés, aparente, me cuidaban y criaban.

Fausto era un hombre conservador, clásico. Acostumbrado a su vida matrimonial sin hijos, a mi parecer le costó adaptarse a mi presencia. Era Virginia la que mediaba para que, utilizando toda su paciencia, pueda soportar mis travesuras, juegos y demás cosas que acarrean los niños. Le costó, pero creo que un día… me empezó a querer.

Ese día me llevó al sótano de la casa. Hasta ese momento no sabía que existía, pero no era el único, Virginia tampoco lo sabía.

Todo estaba oscuro, sólo se observaban a la distancia unos frascos por los cuales atravesaban pequeños rayos de luz. Parecía un laboratorio, pero… lo era? “Fausto no puede tener un laboratorio” pensaba. Apenas sabe escribir su nombre y para leer una frase deletrea una a una las letras hasta que uno se cansa y se ofrece a leerle lo que tiene delante.

Pero estaba equivocado, Fausto sabía más de lo que yo pensaba y de lo que demostraba.

Ante todo recalcó con ímpetu que lo que estaba por enterarme era un secreto familiar que muy pocos lo sabían, sólo los hombres de la familia tenían permitido saberlo.

Permanecí callado, no quería preguntar nada, sólo esperaba que Fausto empiece a hablar. Bajó con dificultad las escaleras y encendió las luces. El lugar era un laboratorio, no estaba equivocado.

Esa casa estaba habitada hace cientos de años, tantos que ni él sabía. Hace mucho tiempo sus ancestros comenzaron investigaciones sobre: la inmortalidad. Cuando oí eso comencé a reír, por dentro, “eso es imposible” pensé.

Tomó unos pesados biblioratos, llenos de polvo, libros y fichas que atestiguaban todo lo investigado. Todo, absolutamente todo lo que leí tenía coherencia.

Una de las investigaciones hablaba de la clonación de seres de la misma especie, lo más cercano a la inmortalidad, a perpetuarse en el tiempo con la información genética que uno trae. Al llegar a ese tema su rostro cambió de repente, parecía como enfurecido. Él no tenía hijos pero si un hermano, éste fue quien vendió los datos de la clonación a un tercero, la información paso de mano en mano hasta hacerse de conocimiento público y…adiós secreto. Traté de calmarlo y lo logre pero con dificultad. Demostraba que era muy importante toda la información que me estaba transmitiendo y de esta manera me hacía sentir a mí por confiarme tantos datos.

El final de la muestra fue lo mejor, pasamos a un cuarto contiguo, lo que vi me horrorizó en un principio, pero al verlo con ojos científicos me maravilló. Había cuatro cuerpos, en tubos llenos de líquido. Estaban muertos, aunque según Fausto no del todo porque contenían información que daba vida, información genética.

Luego de este momento comenzamos a bajar al sótano todos los días, sin que Virginia lo supiera. Investigábamos juntos, y comenzó a enseñarme todo lo que sabía, pues algún día el no estaría más y debía seguir con el trabajo yo sólo.

Hasta que el día llegó, Fausto murió. Mi promesa de fidelidad a continuar con las investigaciones y a guardar el secreto seguía en pie. Debía llevar el cuerpo de Fausto al laboratorio, lo cual estaba todo planeado. Antes de morir Fausto me había dado una copia de la bóveda para que lo pase a “buscar” en el momento oportuno. Así fue una noche, mientras Virginia dormía, accedí al lugar, retiré el cuerpo de Fausto y lo llevé al laboratorio. Lo dispuse con los otros para continuar con mi trabajo. El cual seguí día tras día y cada vez con más pasión por el tema. Por lo que Fausto me transmitió y por lo que a cada momento iba descubriendo.

Actualmente, creo ser la persona que más cerca esta de la inmortalidad. Llevo cumplidos 326 años y voy por más…

A MÍ NO ME PUERDE PASAR ESTO



No lo puedo creer!... Es inaudito!!
Cómo puede seguir haciendo lo que tanto aborrecía, de lo que se quejaba todo el tiempo.
Todos los días, a la misma hora, Clarisa, mi vecina y amiga de toda la vida, debía tomar su "complejo vitamínico", hiel pura; frascos y frascos guardados en la heladera, en las alacenas, en todas partes de la casa; era una obsesión de su madre. Por supuesto que no importaba si era día hábil, fin de semana, invierno o verano.
Tengo la imagen de Clarisa, sentada a la mesa, frente a frente con su madre, quien la obligaba de muy mala manera, a tomarse “aquello” sin chillar y para bienestar de ella… ni respirar!, haciendo todo tipo de promesas y juramentos si algo o alguien la liberaba del calvario.
A veces yo pasaba a buscarla, ya de tarde, para ir a jugar, pasear o pasar el tiempo contándonos nuestras cosas, y mi amiga yacía ante su tortura, como ella lo llamaba.
Pasaron los años, cambiaron las modas, los políticos, los permisos, los novios...pero no la agónica costumbre.
El solo hecho de recordar las inconfesables cosas que inventábamos desde chicas para que zafara de aquel momento, me dan escalofríos de miedo, pero no... era imposible, su madre siempre se las arreglaba para que Clarisa, por temor, remordimiento o mezcla de amor y odio, quedara atrapada en aquel callejón sin salida.
Pero ahora... ahora que ya ha ocurrido lo que tantas veces habíamos hasta suplicado a Dios, Clarisa repite su historia.

Según me cuenta Clara, mi hija, a su amiguita, la mamá la obliga a tomar todos los días una "pócima mágica".
Pienso seriamente qué le pudo haber pasado, habrá hecho alguna promesa o realmente tendrá temor de que su madre cumpla con lo que tantas veces le gritaba, de no dejarla vivir en paz por el resto de su vida, remordiéndole la conciencia, si dejaba de lado su costumbre.
No logro imaginar qué cosa habrá pasado por la mente de Clarisa para cambiar tanto, será quizá que haya enloquecido de ver tantas veces de chicas, esa película, esa...cómo era que se llamaba?... pucha!, no recuerdo, la que la protagonista era médium… se comunicaba con los muertos… hay cómo era?

_Clara!!... vení de una vez que ya es la hora!, vamos que se me vuelca y te advierto que lo vas a tomar de cualquier manera!!!

Claudia Nájera

lunes, 27 de octubre de 2008

IDENTIDAD

por Ana Pérez Cazal

Durante treinta y dos años, toda mi vida, creí ser alguien que no soy. No quiero seguir averiguando nada pero ya no tengo escapatoria. Repito compulsivamente lo mismo cada domingo pero el Doctor ya no está.

Once años estuve a su servicio; yo no sé hacer otra cosa, y encima me lo tuvo que pedir antes de su muerte.

Todos los domingos me levanto temprano y paso por la cocina de servicio; todavía hay café para nosotros, mis compañeros dicen haber escuchado que muy pronto, habrá reducción de personal. Bebo de pie, junto a la ventana mientras el césped va expirando su aliento helado al sentir los primeros rayos de sol. Voy a la cochera y manejo el Chrisler hasta la puerta de la mansión donde lo espero cinco minutos. Ahora no sale.

Él se fue tranquilo, satisfecho, sabiendo que yo no iba a poder desobedecerlo. Ahora creo que me conocía más que yo mismo. Recién ahora comienzo a entender.

Hace veinte días se fue y ya he ido dos domingos al cementerio como lo hacía cuando tenía que llevarlo a él. Antes me quedaba en el auto, escuchaba música durante cuarenta y cinco minutos mientras lo miraba caminar por el sendero de la derecha contando sus ciento cinco pasos hasta llegar al banco blanco y sentarse mirando hacia adelante. Ahora yo cruzo el portal y realizo el mismo recorrido. Cuando llego al banco, me siento. El primer día vi, sobre el césped, una placa que dice “M. E. D. 1957-1976”. Y desde ese momento me sigo preguntando qué significaría para él, y si eso tenía algo que ver con el motivo que lo llevó a concurrir todos los domingos, durante tantos años a ese sitio lóbrego, repleto de dolor, de silencio, de ausencia.

Lo sepultamos hace veinte días, en el parque de su casa, a pedido de la viuda. Cuando agonizaba, él me mandó a llamar. La señora me dijo que me apresurara y yo subí corriendo la escalera. En la puerta de la habitación estaba esperando el cura pero a mí me indicaron que entre antes. Me acerqué a la cama y lo vi tan débil que tuve que inclinarme para escuchar su voz. Pensé que quería despedirse y al mismo tiempo sabía que eso no tenía mucho sentido. El viejo me dijo “No la dejes, el domingo”, cerró sus ojos y ya no habló. Pensé que deliraba por la fiebre y salí de la habitación.

Cuando me dieron la noticia de su muerte, para mí inesperada, sentí que su delirio bien podría haber sido su última voluntad y el viejo me tuvo a su disposición nuevamente.

Sin poder eludir la responsabilidad, al domingo siguiente fui al cementerio. Estaba yo sentado frente a esa lápida tan ausente de este mundo que no advertí, en principio, la presencia de una mujer joven que se había sentado a mi lado. Me sorprendí al verla y ella me miró sonriendo. Temí que fuera familiar de la persona sepultada y que me preguntara por qué estaba yo ahí. Entonces me paré rápidamente y cuando me disponía a salir de allí ella dijo mi nombre. Y aunque lo intenté, no pude darme vuelta para mirarla. Mi cuerpo no respondía a mis deseos entonces sólo pude preguntar dándole la espalda:

- ¿Nos conocemos?

-Sabía que vendrías - contestó con voz serena y tan dulce que me envolvió como un abrazo.

Entonces me di vuelta para verla y ya no había nadie. Busqué con la mirada alrededor… ¡en ese lugar no hay bóvedas ni muros, no hay forma de esconderse!

Con más razones, el segundo domingo volví. Crucé el portal y caminé por el sendero derecho los ciento cinco pasos. Me senté en el banco y miré alrededor para no estar desprevenido Era una mañana fría como todas las de Agosto, pero en poco rato empecé a sentir los rayos del sol en mi espalda y me encontré a gusto allí, comencé a percibir con todos mis sentidos, eso que se siente al entrar al hogar después de ausentarse por un tiempo. Los mismos rayos de sol me permitieron ver su sombra sobre el césped y me di cuenta que ella estaba de pie, detrás de mí. Otra vez la misma sensación en mi cuerpo y comprendí que no iba a poder darme vuelta para mirarla. Entonces le dije:

- Volviste.

Después de un instante de silencio, ella me respondió:

- Ya no te dejaré nunca más, el domingo.


26/10/08.

miércoles, 22 de octubre de 2008

SUERTE

Alguien golpeó la puerta.Recibì la carta en mano, que venía directamente de Mercedes. Leí la nota en mi humilde sillón roto donde decía que era el heredero por voluntad propia del difunto de una casa de campo en Mercedes.

La firma y la letra eran del Sr. Roberts para quien había trabajado en una de sus propiedades hacía dos meses.

Pero en el testamento una cláusula me impedía vender los muebles y tampoco podía despedir a un viejo sirviente que cuidaba la casa.

Llegue con mi esposa a la finca un día lluvioso, sólo llevábamos unas pocas ropas.

Una extraña silueta se alcanzaba a distinguir desde el camino. Estaba esperándonos en la puerta principal.

Su rostro mostraba quemaduras y cicatrices muy profundas. No se distinguían sus facciones originales.

Mi esposa y yo nos encontramos muy incómodos al hablar con este ser.

-¿Cuál es su nombre señor?-

-Soy el mayordomo Hugo. ¿Usted es el nuevo propietario verdad?

-Somos los herederos según el testamento del Sr. Roberts, que no tenía familiares ¿No es cierto? Nosotros cuando trabajamos con él ocupábamos la casa de atrás. A lo mejor a Ud. le convendría adoptar esa costumbre aquí ¿No le parece?

-De ningún modo. Ya está escrito que debo seguir con mis funciones en la casa principal-dijo y me ofreció una mano huesuda y pálida que me apretó demasiado fuerte al punto que retire mi mano del saludo.

Dos semanas después.

Comenzaron a suceder cosas raras. Cosas feas. Cosas perversas. Cosas, cosas, cosas.

…Un día mí esposa se metió a la bañera y alguien habría colocado ácido en el agua lo que le provocó terribles úlceras en la piel.

Las mascotas de la familia más temprano o más tarde aparecían muertas y colgadas de las plantas del jardín.

Mi señora me rogaba dejar todo y volver a nuestro antiguo hogar.

Estaba cansada de los objetos que desaparecían y aparecían en otro lugar...

Se escuchaban sonidos extraños en la noche.

¿Acaso Hugo hacía todas estas cosas? ¿Por qué? ¿Para qué?

Ningún vecino nos quiso hablar de el. La enfermera se santiguó al escuchar su nombre. Alguien dijo que era el verdadero dueño de la casona, que no había muerto, que era siniestro, que nadie sabía más nada desde aquel extraño e inexplicable incendio.

Enseguida pensé: “el incendio” “el aspecto quemado de Hugo” “propietario vivo de la casa” “¿le gustaría torturar a la gente?” “¿se habría burlado de nosotros todo el tiempo?”

Al volver a la finca vi. una claridad cada vez más anaranjada.

¡La casa arde en llamas!

¡El incendio! Grite y corrí llamando a mi mujer desesperadamente.

Con temeridad entre en las llamas.

Luego de largo rato solo logre escuchar, desde las columnas humeantes, una terrible carcajada que parecía venir desde el mismo infierno.

Mirta Scaglia

martes, 21 de octubre de 2008

ASÌ TE RECUERDO


Me encontraba de vacaciones en plena montaña .
El hotel era muy lindo un hall cubierto de ventanales desde dònde podès ver el transparente lago rodeado de vistosas flores , y la increible montaña de la que antes te hablè.
¡Què lugar! Fantàstico.

Una mañana me levanto muy temprano a desayunar , me encuentro al descender del ascensor con un señor alto , elegante de ojos màs bien achinados y me dice :
- ¡ hola !- ¿ còmo la estas pasando ?
Mi nombre es Satch , Satch Robin , soy uno de los dueños del hotel.
- ¡ ah !- que bien
Si mi socio està por llegar pronto , estòy a tu disposiciòn para lo que necesites.
- okey gracias, muy amable -
Ese dìa la pase bàrbaro fuimos de excursiòn a esquiar y paseamos por el centro de la ciudad .
Allì me encontrè con mi amiga de la facultad a la cual no veìa desde mucho tiempo , quedamos en ir al cine màs tarde .
De regreso al hotel , me duchò , me cambio y me dirigo al hall central
eran al rededor de la 19:00 hs.
En el lugar se encontraba Satch y su socio llamado Peter , noto que Satch tiene un caracter fuerte , le ordena que encienda el hogar del hall central pero el modo en que se lo dice me parece agresivo.
Las personas que nos encontrabamos en el lugar nos llamò la atenciòn el tono de voz con que se lo ordenò .
Te cuento , estuve durante 7 dìas en el hotel y todas las noches en ese mismo horario el de las 19:00 hs su socio encendìa el hogar ordenado por Satch.
Se notaba en la mirada del hombre una profunda tristeza y un gran temor en su accionar .
Los dìas se pasaron muy ràpido . Regreso a mi hogar luego de varias horas de viaje y al abrir la puerta encuentro el diario.En la portada decìa: " TRÀGICO ACCIDENTE DE UN FAMOSO EMPRESARIO EN BARILOCHE " .
Ràpido busco la pàgina y sentì un gran escalofrìo cuando leì Satch Robin se encontraba esquiando cuando una avalancha lo arrastrò y cayò sobre una enorme piedra lo que produjo su inmediata muerte .
No lo podìa creer.
Mi amiga se quedo en bariloche unos dìas mas y fuè al hotel recomendado , le llamò la atenciòn lo que sucedìa todos los dìas a las 19:00 hs Peter el socio de Satch encendìa el hogar.
Pasaron varios años y todos los inviernos vuelvo al mismo hotel y Peter està encendiendo el hogar .
Un dìa le pregunte porque realizaba ese acto en ese horario y me contesto que nunca lo dejaria de hacer porque esa era la manera de recordar al que èl consideraba su mejor amigo , aunque sentìa que no lo trataba bien y no le gustaba su manera de decir las cosas .
Màs allà de todo Satch era la ùnica persona con la que èl se comunicaba

Marìa Brambilla

miércoles, 8 de octubre de 2008

TAREAS PARA EL HOGAR

Hola, chicas. Ya que vamos a estar unos días sin vernos, repaso lo que conversamos el último encuentro sobre lo que íbamos a hacer (íbamos, dijo el mosquito) en este período.

1) Escribir, revisar, pulir, corregir, acomodar, maquillar, depilar, adecentar el cuento del narrador en 1º persona, construido a partir del argumento de Hawthorne, y subirlo al blog.
2) Comentar el cuento de los otros compañeros de taller.
3) Escribir la lectura de alguno/s de los cuentos que tenemos en el dossier (siempre queda bien una palabra francesa). Esta tarea la comentaremos entre todos el próximo encuentro.



FECHA DEL PRÓXIMO ENCUENTRO: 31 DE OCTUBRE, A LA MISMA HORA, EN EL MISMO LUGAR

jueves, 2 de octubre de 2008

Un huésped inesperado

por Alicia L. Alarcón


Un atardecer llegó un mendigo a la Isla de Ítaca. Allí reinaba el caos, los pretendientes de Penélope querían asesinar a Telémaco, su hijo para apoderarse del trono. Al enterarse de que un extranjero había llegado al reino Penélope, lo llamó para solicitarle noticias de su esposo Ulises.
El mendigo acude al palacio y le asegura que ha visto a Odiseo. Al hablarle le infunde confianza, nunca nadie además de su esposo le había hablado de esa manera. Penélope lloró, estaba desesperada pero el mendigo con ánimo le dice:
- Pronto vendrá, ya ha terminado la Guerra de Troya.
- Ojalá. ¡OH forastero! ¡Hace veinte años añoro su presencia!
- Juro por Zeus, que tu marido está a salvo y no permanecerá mucho más tiempo lejos de su familia y su tierra.
- Forastero, que vienes de lejanas tierras, por esta noche serás mi huésped. La anciana Euriclea, que ha criado a su señor Ulises te lavará los pies y las manos-
Euriclea, se acercó al mendigo, él vuelve su rostro hacia la penumbra de la habitación. La vieja acercó la vasija con agua tibia para asirle el pie; y a él le entró el temor que la anciana reparase en cierta cicatriz, de la herida que le había hecho un jabalí cuando pequeño al ir a cazar al Parnaso, con su abuelo Autólico y todo quede al descubierto.
Euriclea se acercó a su señor vio la cicatriz y rompió en llanto silencioso para no alertar a Penélope.
- ¡Hay hijo mío! Ningún mortal a dedicado tantos sacrificios a Zeus, como tú. ¡Tantos años lejos de tu reino, que está a punto de serte arrebatado!
- ¡Jamás! me será arrebatado y tú me ayudarás. Como me ayudaron Atenea y los feacios, suministrándome los medios para llegar a Ítaca. Mantén el secreto, por mí y por la hija de Icario, mi amada Penélope.
- Te he criado a mis pechos y no voy a perderte.-Le dice con profundo sentimiento. - ¡Te señalaré cada uno de tus enemigos dentro y fuera del reino para que los destruyas!
- Euriclea, guarda silencio y confía en los Dioses.
- ¡Mi señor! ¿De qué modo te ayudaron los feacios?
- En realidad le debo todo a Nausícaa, la hija de Alcinoo y Arete. Después de zarpar de la Isla de Capilpso, fuimos victimas de un naufragio. La corriente me arrastró hasta un lugar desconocido. Maltrecho y herido me quedé dormido y cuando desperté me encontré con unas mujeres. Todas huyeron sólo una permaneció atónita frente a mí Nausícaa, parecía una diosa, una ninfa.
- ¡Hay mi señor! Hablas de ella con tanta nostalgia.
- Al caer la tarde, ella regresó con sus sirvientas y me indicó el camino al palacio; debí caminar por largo tiempo detrás del carruaje.

- Tus ojos señor, tienen un brillo especial.
- ¡Mujer! Nausícaa, me ha confesado su admiración y su deseo de ser mi esposa.

Ulises queda pensativo, recuerda a Alcinoo, dispuesto a entregarle su hija en matrimonio.
Pero Ulises, debía volver a recuperar su reino y su amor. La vieja después de haberle lavado y ungido los pies se retiro silenciosa pero feliz porque su señor había regresado.
Ulises se acercó al fuego, para calentarse, se cubrió con los andrajos y se quedó dormido.

Nausicaa

por Ana María Martínez

Emelea,una de las criadas más cercana en confianza a Nausicaa,oserva y escribe :-"Nausicaa,la hija del Rey de los Feacios Alcioo,la más mimada y consentida de las doncellas.Despierta una mañana ,alborotada,llama a Emelea y así como está,con los cabellos revueltos , llena de culpa dice:-¡Emelea,he tenido un sueño espantoso,caía sobre mi cabeza toda la ropa sucia que he dejado amontonar en el altillo y mi amiga Nedya recriminaba mi dejadez!.Reúne urgente a todas las criadas , para que me acompañen al río a lavar._Si mi amita,inmediatamente lo hago._"Y... mientras Emelea reúne a las criadas,Nausicaa pide permiso a sus padres para ir al río a lavar la ropa sucia.El Rey y la Reina se lo otorgan encantados."¡Emelea! -dice Nausicaa- ya has reunido a las criadas?_Así es mi bella señora,los peones están preparando el carruaje más fuerte para la travesía.Voy a inspeccionar si me lo permites,para saber si está listo._Ve rápido que estoy ansiosa!_"Emelea vuelve con la noticia de que el caruaje está preparado y Nausicaa con todas sus criadas,parte con la ropa sucia de toda la familia hacia el río.Llegan entusiasmadas,todas por igual , comienzan a lavar con ahinco._¡Emelea! desvísteme que voy a disfrutar del agua.-Se escucha con fuerza la orden de Nausicaa-"Nausicaa,se introduce en el frescor del agua, dando brazadas certeras y estilizadas,ora hacia el norte ora hacia el sur.Las criadas han terminado la tarea,poniendo las ropas extendidas para secar,sobre la hierba tierna. Se han desvestido prontamente y se han tirado entre un gran griterío, al agua._Emelea...-dice una de las criadas , en el oído de Emelea-estás más flaca! vas a tener que dosificar las revolcadas que te das con Amalfi en el granero;ya deberían casarse!_Shhh, va a oirte Nausicaa y no quiero que se entere!_Está bien,pero piénsalo,¡ se los ve tan enamorados!_Ji-ji-ji .Todas a la vez salen del agua,se tienden al sol gozando de la delicia del momento.Pasado un tiempo breve Nausicaa ordena:_¡Juguemos a la pelota! traigan el balón del carruaje!!!_Próntamente mi señora .-dicen dos de las criadas.Comienzan a jugar con tan mala suerte, que el balón caeestrepitosamente al agua.Las criadas gritan con todas sus fuerzas por la exitación del juego y los gritos se extienden hacia el bosque.De entre las ramas que forman el bosque, aparece una divinidad, un hombre musculoso...espectacular ... desnudo ...Por su propia desnudez, las criadas huyen despavoridas ; en cambio Nausicaa queda allí parada, anonadada...no puede hacer otra cosa que mirar la belleza de ese dios...Ante la mirada embelezada de la bella ninfa del río, el hombre se cubre avergonzado y ella descarada pregunta :_Eres un dios? tu bello cuerpo está como torneado por los dioses._No soy un dios,sólo un hombre que ha naufragado, es por ello que me presento ante tí sin ropas, maltrecho._No os preocupéis, te daré cobijo en el castillo de mi padre , sólo déjame ahora saber si eres real o estoy soñando...Nausicaa desliza sus finos dedos , por la musculatura como de bronce de Ulises.El hombre asombrado no deja de cubrirse._¡Oh,oh!Eres mi héroe bello!!-dice ella. vistámonos que te indicarécomo llegar al castillo ._Ya vestidos Nausicaa con sus criadas sube al carruaje;en los labios de la doncella ,brilla una gran sonrisa de satisfacción.Llegan a destino,también Ulises llega algo más tarde,bien vestido y con cierta expectación.Es recibido con los honores de una divinidad.Llega la noche y...le han dado a Ulises un aposento cercano al de Nausicaa...Cuando Emelea va hacia el cuarto de su ama,(siendo ya la mañana)antes de despertarla observa la cama revuelta, la carita de Nausicaa, roja como un a frutilla y gotas de sudor corren por su rostro.Emelea despierta preocupada a su niña,toca su sien, está afiebrada,sus ropas empapadas..._Se siente bien mi niña?_Oh! Emelea! he soñado con Ulises,que me desposaba,me llevaba a su cuarto y...me unía a su cuerpo espléndido...éramos uno los dos.Ya mismo voy a solicitarle a padre ,que que permita que Ulises sea mi esposo.Ya verás,ya verás.Salta de su cama,Emelea la viste,le trenza su dorado cabello y ella corre hacia las escaleras para llegar al comedor,donde desayuna el rey; tal cual le cuenta a Emelea,así le habla al rey...,quien ordena despertar a Ulises.Ulises baja presuroso, se ve confundido;quizá también ha soñado...!_Qué desea su majestad?-habla Ulises-Qué necesita de mi señor?_Mi amada hija Nausicaa desea recibirte como esposo;yo no me opongo a esa boda._Oh!su majestad,siento en mi corazón la respuesta que debo dar;tengo esposa a quien amo en Itaca y necesito volver con ella, me urge hacerlo, lamento desilucionar a su hermosa hija,pero soy un hombre de honor._Acepto tu declaración y no os procupéis, que mi gente te suministrará todo lo necesario para facilitar tu regreso._Agradezco mi señor su bondad ..."Nausicaa,que ha escuchado el diálogo escondida tras los cortinados, corre hasta las caballerizas, monta su potro negro azabache y se lanza a toda carrera hacia el río.Mientras galopa,las lágrimas surgen intermitentes ...pero...va logrando la calma.Cuando atardece,regresa y ya Ulises ha marchado.El sabio rey, no reprende a Nausicaa por haber huído sin permiso sino,se transluce, que la comprende.Pasó el tiempo... y Nausicaa recibe la visita ,junto a sus padres de...Telémaco ...;pero aquí comienza otra historia.

Misterio en el arroyo

por Sabrina Mellera

Era una tarde soleada, el sol calentaba los pómulos y no había agua que refrescara la garganta. A la orilla del camino de tierra había unos pocos árboles que daban una sombra escasa y los animales se refugiaban como podían.
Eran tres amigas que salieron en busca de aventuras. Anduvieron bicicleteando sin rumbo un buen rato por un camino desolado. Cada vez más se alejaban de la ciudad. Pero no les importaba. Llegaron a un cruce de tres caminos, y decidieron tomar el del medio. En un momento, vieron en el horizonte a lo lejos una mancha negra. Siguieron bicicleteando para ver qué era eso tan lejano. La visión de ese misterio se interrumpía por unos árboles. Lo que llamaba la atención era la cantidad de cuervos que andaban por esa zona y el ladrar de unos perros que hacían eco en la tarde solitaria. Después de un buen rato llegaron al lugar. Era un ranchito de barro, despintado, con hierbas y pastizales muy altos. En la pared del frente colgaba un cartel que decía "Las tres marías". Golpearon las manos para pedir agua pero no hallaron respuesta. Siguieron insistiendo un rato y de repente se asomó por la puerta trasera una señora mayor que se acercaba con dificultad hacia ellas. Al verlas, se dibujó en su rostro un gesto de sorpresa como si haría mucho tiempo que no la visitaba nadie. En ese momento, las tres se miraron y sus caras demostraron miedo.
-¡Hola señora!-dijo Marta con voz temblorosa.
Las otras dos se asombraron ante la actitud de ésta y dijeron a coro:
- ¡Hola señora!
La anciana las miró fijamente a las tres y contestó:
-¿qué andan haciendo por acá?
- Ehhhhhhhhh salimos en busca de aventuras….dijo Carla
- Las otras dos la miraron cómo para comérsela cruda
- Ahhhhhh ¡con qué andan en busca de …!
- Interrumpió Belén diciendo ¿no nos daría un vaso de agua?
- ¡Pero como no! Adelante.
La anciana entró al rancho, agarró una jarra de cristal y salió caminando hacia el arroyo.
Las tres la miraron de lejos. En ese instante pensaron lo peor.
-No tengan miedo - dijo. Yo no tengo agua potable. Tomo el agua del arroyo que no está contaminada y es favorable para mi salud. Si no me creen, tomaré yo primera.
Se acercaron y comprobaron que esa mancha que habían visto de lejos eran los cuervos que tomaban agua en el arroyo. Lo misterioso era que el agua estaba limpia. Desesperadamente comenzaron a tomar porque las gargantas estaban tan secas que ya no salían las palabras.
Descansaron un rato a la sombra y la señora nos invitó a recorrer el arroyo.
- Este arroyo tiene un secreto- dijo.
¿Un secreto? Las tres a coro.
-Sí un secreto y comenzó a contarnos la historia:
-"Cuentan que hace muchos años este arroyo era una isla y cerca de acá había un palacio donde vivía la hija del rey Alcínoo, Nausícaa. Un día una de las diosas del olimpo, Atenea hizo que ésta ayudara a Ulises a regresar a su isla de Ítaca porque se había perdido naufragando y dormía en los árboles que rodean mi rancho..
-¿y qué sucedió? Dijo Marta.
- Pará no seas impaciente- dijo Carla.
Belén miraba a su alrededor por si venía alguien para secuestrar a las tres. Esa escena la había visto en una película la noche anterior. Había una vieja que engañaba chicas que las encerraba para luego venderlas como sirvienta a otro país.
- Chicas vamos, ya es casi de noche –dijo Belén
- No pará –dijo Carla
-¡Callate!. No insistas querés, me interesa la historia.-gritó Marta
- Siga, siga contando- dijo Carla
- "Dicen que la diosa Atenea envió un sueño a Nausícaa y ha soñado que una de sus amigas la ha estimulado a lavar la ropa de toda su familia acá, en este preciso lugar. Al día siguiente ésta pide permiso a sus padres y asiste a este lugar junto a unas amigas en un carruaje tirado con mulas. Se ponen a jugar con la pelota y se les cae al agua. Éstas ante la desesperación de perderla, gritan y despiertan a Ulises que estaba durmiendo. Al verlo se asustan y salen corriendo dejándola a Nausícaa sola con él. Ulises era un hombre atractivo, musculoso, barbudo, con el pelo largo y se encontraba desnudo, solamente se tapaba sus partes íntimas con una hojita de ombú". Imagínense si ustedes hoy acá, solas como andan en busca de aventuras aparecería un hombre en ese estado: ¿Qué harían?
- yyyyyyyy… saldríamos corriendo- dijo Belén con astucia.
- No…… yo ni lo pienso- dijo Carla
Ahhh ¡mira vos! pero Nausícaa ayudó a Ulises a volver a su isla y regresó con las criadas al palacio. Ella quedó anonadada al ver tanta hermosura y lo deseó como esposo, pero el amor de este hombre le correspondía a otra doncella.
"Algunos dicen que Nausícaa se casó con otro hombre y tuvo un hijo; otros comentan que se ha suicidado, por eso su espíritu quedó deambulando en el arroyo, lugar donde conoció el amor de su vida".
-Yo solamente puede comprobar que si bien hay sequía en la zona, todas las noches se escucha el llanto de una doncella y se siente que sus lágrimas cae como una cascada hacia el arroyo. Esa es la causa del por qué este arroyo nunca se ha secado.

FIN