domingo, 15 de febrero de 2009

HOY

Tuve en mis pagos un tiempo una guitarra cantora; hoy ya no la tengo, en el cielo sólo hay violines.

María José Grenabuena

martes, 13 de enero de 2009

NUEVO INTEGRANTE DEL TALLER


Andrea Rolón presenta a Clara que nacio el 24/11 a las 00.35 hs. Gracias a Dios todo bien y todos felices, como bien se ve en la foto. ¡¡¡Somos tías!!!!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los cuadros.

Sí ya sé lo que quiere explicarme. Mis hijos me lo dicen siempre: que en un departamento pequeño viviríamos mejor, que Manuel está viejo y que en el centro estaríamos más cerca de ellos, pero yo no pienso mudarme. Ésta fue siempre la casa de mis sueños. La primera vez que llegué aquí tenía diecinueve años. Vine con mi padre a limpiarla unos meses después de haberla comprado. Mi madre nunca quiso mudarse aquí, decía que el primer día que entró sintió que tenía olor a otros y que al cerrar los ojos le parecía que todavía estaban aquí.
Al cruzar la calle la vi, con su portal majestuoso, y en el pecho, la cara de un león con una argolla de pesadísimo bronce en la boca. Cuando puse mis pies sobre el mármol verde de engalana el umbral, mi vida cambió para siempre. Después, el zaguán y al llegar a la garganta, un patio fresco reinado por un ceibo que dejaba caer sus flores sobre el pequeñísimo cantero que aún lo contiene. En corro estaban las ocho puertas que vi en ese momento.
Mi padre volvió a la puerta principal, había llegado el plomero que venía a hacer un presupuesto para cambiar el sistema de cañerías.
Yo me dispuse a revisar las habitaciones que se comunicaban entre sí, todas amplias con viejísima pinotea en los pisos y paredes húmedas. Volví a salir al patio central y caminé siguiendo el ángulo recto de la pared lateral, asentada en barro y tapizada por telas de araña, hasta que descubrí la novena puerta de la casa, más pequeña que las otras, perteneciente a una oscura habitación. Me agaché para entrar. Pensé que podría haber sido un cuarto utilizado como almacén. Pero cuando estuve adentro descubrí que en las paredes había pinturas colgadas. Eran trece en total. Me acerqué a una de ellas. No podía distinguir las formas dibujadas pero supuse que eran dibujos de un niño. Al pasar mi mano sobre ella distinguí las huellas que habían dejado las gruesas pinceladas del óleo. Separé el cuadro de la pared para descolgarlo porque la escasa luz que el viejo postigo dejaba colar no me permitía ver bien y, en ese momento, puedo jurar que el piso de la habitación se había inclinado tanto que me tumbé sobre la pared frente a la que me encontraba de pie y salí de la habitación despavorida. En el patio me encontré con mi padre:
-Vamos a casa- me dijo y yo caminé hacia él disimulando el miedo.- Me siento un poco mareado;… volvamos mañana.
Al día siguiente le propuse a mi padre volver pero él dijo que no podría ese día. Le dije que podía ir sola para terminar el trabajo y él me entregó un llavero de plata con una inicial en bajo relieve y una antigua llave oscura pendiendo de él. Caminé ligero y al llegar me dirigí sin escala al cuarto trasero. Esta vez dejé la puerta abierta para ver mejor… o para huir más rápido. Me paré en el medio de la habitación; la curiosidad aumentaba mi ansiedad y quería ver todos los cuadros a la vez, entonces giré en el sentido contrario al reloj recorriendo las pinturas una a una, como si viajara hacia el pasado observando un paisaje bidimensional muy peculiar. En algún momento algo se invirtió, los cuadros se transformaron en las paredes del cuarto y el cuarto en la pequeña caja de lados transparentes en donde me encontré prisionera, con la puerta abierta. Y lo vi a él pintando bajo el ceibo del patio principal. Primero de niño, después mayor. Pude verlo dibujándola a ella…, inventando su pelo mientras contorneaba su rostro con los dedos pintados de siena y ocre. Sentí sus manos… llevé las mías a mi cabeza y toqué las suyas inventando mi cabello, descubriéndome. Creo que en ese momento caí al suelo, desvanecida, para despertar unos minutos más tarde.
Busqué las llaves en mi bolsillo y salí de la casa.
Esa noche le pregunté a mi padre si tenía datos sobre el antiguo dueño de la casa.
- El vendedor me dijo que era de un pintor excéntrico, joven, que se mudó a Francia – me contestó- Un loco menos para este país. Decía que estaba enamorado de una mujer que habitaba adentro de sus cuadros.
Así fue como llegué a esta casa. Me enamoré de ella y de Manuel. No podemos mudarnos, ¿entiende? Aquí comenzó nuestro amor.


Ana Pérez Cazal.
3/12/2008

El otro yo

Todos dicen que estoy un poco raro estos días.
Mi psicoanalista me comunicó que estoy pasando un período de stress a lo mejor producido por el exceso de trabajo y responsabilidades.
A veces hago y digo cosas que luego viéndolas a la distancia no comprendo cómo las hice o las dije.
Hay muchas cosas que dejaron de gustarme.
Veo lugares que no visité y me resultan familiares.
Por la noche antes de acostarme estuve largo rato peinándome.Nunca me importó el cuidado de mi cabello
De pronto pregunté en voz alta:
-¿Acaso este que veo en el espejo soy yo?
De repente un sudor helado corrió por mi espalda y mi cara palideció cuando oí una voz que venía del espejo y me habló con mis propios labios:
-No eres tú. Soy el que vive dentro de ti.SOY TU OTRO YO. .

domingo, 30 de noviembre de 2008

Cementerio

El último adiós al multimillonario di Santi tomó por sorpresa a todo el mundo. El día viernes, la multitud se agolpó en el Cementerio de La Recoleta. Los medios indicaron que Gian Franco, el único heredero del magnate, parecía muy compungido por la pérdida. Pronunció que la noticia de la muerte de su padre lo había devastado, a pesar de la reconocida enemistad por el manejo empresarial. Ahora el destino lo llevaba a conducir la fortuna familiar. Poco después, pidió compasión y tranquilidad. Se dirigió a su Mercedesz. Allí, bajó la ventanilla derecha. Observó. Las cruces se le reían.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Crónicas de taller.

por Ana Pérez Casal


Soy Gabriela, profesora de letras y periodista del diario La Capital de Mar del Plata.
Llegué a Chascomús, a coordinar el curso ( a mí me gusta llamarlo taller) de Escritura Literaria para Docentes.
El primer viernes me encontré con una multitud de cincuenta cotorras que pude, a duras penas, encerrar en la sala de Música de la Escuela Normal. Y seguían llegando más, quizás guiadas por el ruido de las otras se encerraban solas.
Pasada la media hora de clase, cuidadosamente planificada que constaba de una técnica de presentación y otra de elaboración grupal de expectativas, pude comprobar que no eran cotorras sino urracas aficionadas a la mediocridad y aferradas a la birome que iban convirtiéndose en cuervos dispuestos a picotearme los ojos cuando les mencioné la palabra Internet. Me acusaron de impostora por no haberles avisado y creo que, hasta pensaron que las insultaba cuando dije la palabra blog.
Me fui silbando bajito y pensando por qué no me quedé sólo con el grupo de Castelli. ¡Todo por dos mangos de porquería que, quién sabe cuando cobraré! O por amor al arte… ¡qué sé yo!
Después siguieron la construcción del narrador, la lógica argumental, el cuento fantástico, Don Quijote, la microficción, entre otros.
A medida que fueron pasando las semanas, eran menos las sillas ocupadas pero crecía la avidez que demostraban en su interés por escribir y por leer.
Hoy que todo termina, me dicen que sienten el duelo que uno vive cuando se da cuenta de que llegó a la última hoja de la novela.
Ahora no me arrepiento y supongo que ellas tampoco.

A PEDIDO DEL PÚBLICO...


... van más argumentos de Nathaniel Hawthorne. Cosa de matar el calor escribiendo
Gabriela

- Un hombre, en la vigilia, piensa bien de otro y confía en él plenamente, pero lo inquietan sueños en que ese amigo obra como enemigo mortal. Se revela, al fin, que el carácter soñado era el verdadero. La explicación sería la percepción instintiva de la verdad.

- En medio de una multitud imaginar a un hombre cuyo destino y cuya vida están en poder de otro, como si los dos estuvieran en un desierto.

- Un hombre de fuerte voluntad ordena a otro, moralmente sujeto a él, la ejecución de un acto. El que ordena muere y el otro, hasta el fin de sus días, sigue ejecutando aquel acto.

- Un hombre rico deja en su testamento su casa a una pareja pobre. Ésta se muda allí; encuentran un sirviente sombrío que el testamento les prohíbe expulsar. El sirviente los atormenta; se descubre, al fin, que es el hombre que les ha legado la casa.

- Dos personas esperan en la calle un acontecimiento y la aparición de los principales actores. El acontecimiento ya está ocurriendo y ellos son los actores.

- Que un hombre escriba un cuento y compruebe que éste se desarrolla contra sus intenciones; que los personajes no obren como él quería; que ocurran hechos no previstos por él y que se acerque a una catástrofe, que él trate, en vano, de eludir. Este cuento podría prefigurar su propio destino y uno de los personajes sería él.

- Dos personas esperan en la calle un acontecimiento y la aparición de los principales actores. El acontecimiento está ocurriendo y ellos son los actores

1868

domingo, 23 de noviembre de 2008

ASI TRABAJAMOS




¡Quién diría! Si hasta parece que trabajamos en serio.
Besos a todas
Gabriela

DIARIO DEL LECTOR

María José Grenabuena


JIM

Este cuento me dejó un sabor amargo, quizá por la tristeza de Jim, quizá por todo lo que Jim ha vivido en su vida, ya que había sido marine y antiguo combatiente de Vietnam, ahora él va en busca de la poesía, quizá en busca de paz.
Me impacta la imagen del tragafuegos, agitando su antorcha y riéndose en forma feroz, cómo queda Jim frente al fuego, hechizado, chingado, creo que el hecho de mirar al fuego lo retrotrae al pasado, lo deja sordo, inmóvil, traumado… Jim frente a sus fantasmas… Creo que el tragafuegos sabe lo que le causa, tal vez porque ha pasado por lo mismo, tal vez porque también es un ex combatiente, puede ser por la cicatriz vertical que le va desde el ombligo al pecho. Y en el fondo de su soledad Jim parece que buscara la muerte.



EL CORAZÓN DELATOR


Este texto me pareció muy gracioso, me encanta cuando dice “siempre he sido nervioso, muy nervioso”, y cómo pudo planificar tan fríamente el asesinato, simplemente porque le molestaba el ojo; cómo se vanagloria, como diciendo qué inteligente fui, qué precavido. Se creyó que cometía el crimen perfecto, pero finalmente lo traicionó la conciencia. Inefable.

La promesa.


Juan dice, que no, no hay mucho para contar, que su historia, es una más, una simple historia que uno cuenta cuando está melancólico o quizás quiere hacer llorar al lector. Tiene sus ojos empañados, parece que jamás se secaran, hay olor a muerte y sangre en sus manos.

Pero le dije:-Juan estoy aquí para escucharte.

Desde chico se me iluminaban la cara cada vez que los veía pasar con sus trajes negros y su gorra que brillaba con el sol. ¡Deseaba tanto ser como ellos!, que fascinación, bueno era chico y uno cuando es chico sueña.

Por fin llego el día, llego la edad justa para cumplir mi sueño.

Me acuerdo que ese día llego una carta, del estado por supuesto, decía que debía presentarme en el regimiento a las 7tmo a las 500. am, yo ansioso, pero mamá lloraba y me grita con la voz ronca de tanta angustia, ¡ nooo porque no mandaran a sus hijos a la guerra! Porque a mí. En eso, lo miro al abuelo que con sus parpados caídos por los años, me miro, y de viejo sabio nada mas, tomo el bastón, bajo su cabeza y se retiro de la cocina.

Recuerdo ese día como si fuera hoy, ahí estábamos todos los jóvenes en una fila, en eso llega un capitán anunciando que era hora de despedirse de los familiares y así lo hice, recuerdo el olor de mamá cuando acerque mi cara para besarla, eso si que no lo olvido jamás y bueno, le dije al oído: - te prometo que vuelvo!

Al día siguiente nos embarcaron en un avión de guerra, yo feliz que por fin el sueño se me había cumplido. ¡Que tonto, si hubiese sabido lo que en realidad era se soldado de la guerra no me hubiese permitido soñar.

Entonces la pesadilla comenzó, vi como mis compañeros morían, como pedían que no los mataran, sus cuerpos parecian rompecabezas, ah! Y el ruido de las bombas que iluminaban la noche con sangre.

Que ser puede escapar ante tanto horror.

Sí, pero yo lo hice, era una noche muy oscura y fría estábamos apostados con nuestra armas y tapados con hiedra, no sé, no me preguntes cómo, ni en que momento comencé a correr entre la selva, pasaron, no sé cuantos días, solo se que cuando me encontraron los aldeanos del lugar tenia las carretillas duras igualito al perro que esta a punto de morir, los pies inflamados y hasta me cortaron un dedo por la gangrena.

Sabes? Hubiese deseado morir en ese momento, horror, culpa, alegría, tristeza, todo los sentimiento se agolparon en mi pecho, deseaba morir, era mi único escape.

Ellos me cuidaron, me alimentaron, dieron todo por mí.

Trabaje mucho para devolverles el favor de haberme regalado una nueva vida, pero le había prometido volver a mamá, entonces decidí empezar a investigar como podía volver a casa, dios mío ¡que horror esa noche, cuando ví como colgaban a los aldeanos por haberme ayudado y a mí me llevaron los coqueros, para luchar en sú guerra.

Recuerdo que primero me tiraron en un pozo, el olor a excremento y carne podrida se hacia casi imposible respirar; no pude ver el sol, el hambre hacia que mi boca salivara hasta que tomé la decisión, y casi sin pensarlo tome el pie de alguien y haciendo la señal de la cruz, lo comí, desesperado como animal de carroña. Discúlpame pero voy a tomar un poco de agua, dijo.

Pude observar que muy lentamente se inclinó ante la bacha de la cocina y comenzó a vomitar, volvió en silencio y se sentó en la silla y continuó su relato.

Una noche de esas, no se cuál exactamente pero vi como una luz vino hacia mí, me taparon los ojos y entre caídas y patadas llegue supuestamente a hablar con el jefe, y me dijo: _haber ud. dígame su nombre.

_ Juan. Conteste

_ parece que le falta mucho para ser hombre, no? Me dijeron que se quiere volver a su casa? Conteste le estoy haciendo una pregunta o es sordo?

Como pude respondí un sí con la cabeza.

- bueno, Sánchez sacame este gusano de mi vista y llevalo a la cueva, dale algo de comer que mañana tiene que salir con uds, de alguna manera me tiene que pagar la estadía.

Apenas el sol asomaba me sacaron de la cueva y me subieron a un camión, entonces pregunte al que estaba al lado mió: _ que nos van a matar?

_! no_ me dijo, algo peor, vamos a cazar pibes para el jefe.

Entonces desde ese momento pensé en una sola cosa, quería morirme ante tanta desgracia.

Fue así que a mí y a mi compañero nos bajaron, a él le dieron un arma y a mi un cuchillo.

Nos dijeron: - ven ese rancho hay una mujer con su hijo, vallan y tráiganmelo vivo al pibe, con la mujer hagan lo que quieran, es la vida de ud.o la del pibe.

Así fue como a gatas llegamos hasta el lugar pateamos la puerta y allí estaba ella, que sorprendida al vernos tiro el lápiz y el cuaderno y tomo a su hijo entre sus brazos, mi compañero se lo arrancó y mientras yo la sostenía, porque gritaba y lloraba cuál animal le quitan su cachorro, sentí que algo caliente corria por mi rostro, ella tal como una fiera corto mi cara.

En medio del llanto, gritos y confusión le saque el niño y lo deje tirado en el patio y huimos.

Mi compañero no dejaba de decirme que estaba loco, que nos iban a matar.

Pero de una buena trompada le hice entender que había que volver.

En silencio subimos al camión, arrancamos, y llegamos a la casa del jefe. Me acuerdo que nos bajaron de él a patadas, nos desnudaron y nos azotaron hasta el cansancio, cuando nos creyeron casi muerto, nos dejaron, solos con la luz de la luna como compañía. Yo no hacia otra cosa que mirar al cielo y suplicarle a dios poder cumplir la promesa que le había hecho a mi madre.

Una de esas noche estando yo estacado en el patio veo como mi compañero dio su último suspiro y a partir de esa noche no hice otra cosa que pedirle a dios que pudiera sobrevivir, en ese instante llega uno de ellos tira a mi compañero en la caja de uno de los camiones y al oído dice _ hacete el muerto.

Sin decir nada obedecí, a mi amigo lo tiraron al rió y a mi tambien, se subieron apresurados y no supe mas nada de ellos.

Vi, como los animales hacían de mi compañero el mejor banquete, yo cerré los ojos y deje que dios decidiera sobre mi vida.

Pero no se en que momento o como sucedió, pero al otro día aparecí en una rancho y allí estaba ella cuidando de mí, me miró y dijo_ fuiste el único que me devolvió el último hijo que me quedaba, creo que debo devolverte el favor.

_Juan, y que paso con ella?

_murió después de estar tantos años conmigo.

_¿Y su hijo?

_ el hijo fue entregado a una fundación que protege a los niños de la guerra.

_ ¿y nunca mas supiste de él?

_ Si, hoy está en enfrente mío.

Cecilia Velazco

MICROCUENTOS

por Claudia Nájera


El sueño del pibe

Toda la vida soñé este momento, no puedo defraudar a quienes confiaron en mí. Debo serenarme, estudiar y resolver rápidamente.

Bien, aquí voy… saca Ustari, con un pelotazo al pecho de Riquelme, Román toca con pase de profundidad a Lázaro, con caño incluido y una rabona de más, toca para Silvera; Kuqui abre la cancha con Lavessi, éste echa un centro pasado. Román vuelve la jugada para atrás, me ve, aquí viene, me pasa la pelota, me doy vuelta… oh San Expedito, sólo un milagro. Aquí voy, paso a uno, estoy mano a mano con el arqueroooo…sí, sí, goooool!!






María

A partir de hoy pisotéenme todo cuanto quieran, pero ya nadie me pondrá un pie encima.

María sonrió y se acomodó en su tumba.

jueves, 20 de noviembre de 2008

ME ENAMORE SIN IMPORTAR NADA

Cipriano era un chico màs bien bajo de pelo castaño y ojos que reflejaban una constante tristeza.
En el verano conociò una chica de la cuàl se enamorò .
Èl pertenecìa a una familia muy pobre, en cambio Lucìa era la ùnica hija de un famoso coufier .
Ella cuenta a sus padres que habìa conocido a un chico del cuàl se habìa enamorado .
Su padre le habìa prohibido volver a ver al chico cuando se entera de su situaciòn econòmica.
Ellos planean seguir vièndose y el encuentro serìa en un shopping .Todo estaba arreglado , su mejor amiga la invitò a dormir a su casa y a la nochecita irìan a la cita.
Cipriano le pide a su hermano que lo ayude en su arreglo personal , èste desesperado entra en una lujosa sastrerìa y roba un traje , zapatos y camisa.
Corre al auto, allì lo esperaba su hermano, minutos màs tarde es interceptado por la policìa .
Se produce un tiroteo y Cipriano resulta herido en el brazo , perdìa mucha sangre ya que la herida era profunda.
Logran despistar a la policìa y se dirigen a la guardia del hospital , allì lo curan , los mèdicos dan aviso a la policìa y los capturan.
En el trayecto a la comisarìa , èstos logran escapar del auto arrojàndose del mismo.Varios patrulleros los persiguen pero conocìan otros accesos y logran esconderse en un baldìo .Faltando cinco minutos Cipriano llega al shopping y encuentra a Lucìa sentada esperàndolo .
El chico le cuenta lo que le habìa ocurrido y ella no podìa creerlo hasta que viò la herida en su brazo.
Pasaron varios meses y se siguieron viendo a escondidas hasta que un dìa Lucìa se entera a travès de una carta que de muy bebè habìa sido abandonada y dada en adopciòn a este famoso coufier.
Fuè demasiada la angustia que ella sentìa y se fuè de la casa , su padre estaba desesperado buscàndola , Lucìa lo llamò y le dijo que de la ùnica manera que volverìa serìa si aceptaba que Cipriano fuera su novio.
Asì fuè , Lucìa volviò , al poco tiempo quedò embarazada y èl le propuso casamiento

María Brambilla