Juan dice, que no, no hay mucho para contar, que su historia, es una más, una simple historia que uno cuenta cuando está melancólico o quizás quiere hacer llorar al lector. Tiene sus ojos empañados, parece que jamás se secaran, hay olor a muerte y sangre en sus manos.
Pero le dije:-Juan estoy aquí para escucharte.
Desde chico se me iluminaban la cara cada vez que los veía pasar con sus trajes negros y su gorra que brillaba con el sol. ¡Deseaba tanto ser como ellos!, que fascinación, bueno era chico y uno cuando es chico sueña.
Por fin llego el día, llego la edad justa para cumplir mi sueño.
Me acuerdo que ese día llego una carta, del estado por supuesto, decía que debía presentarme en el regimiento a las 7tmo a las 500. am, yo ansioso, pero mamá lloraba y me grita con la voz ronca de tanta angustia, ¡ nooo porque no mandaran a sus hijos a la guerra! Porque a mí. En eso, lo miro al abuelo que con sus parpados caídos por los años, me miro, y de viejo sabio nada mas, tomo el bastón, bajo su cabeza y se retiro de la cocina.
Recuerdo ese día como si fuera hoy, ahí estábamos todos los jóvenes en una fila, en eso llega un capitán anunciando que era hora de despedirse de los familiares y así lo hice, recuerdo el olor de mamá cuando acerque mi cara para besarla, eso si que no lo olvido jamás y bueno, le dije al oído: - te prometo que vuelvo!
Al día siguiente nos embarcaron en un avión de guerra, yo feliz que por fin el sueño se me había cumplido. ¡Que tonto, si hubiese sabido lo que en realidad era se soldado de la guerra no me hubiese permitido soñar.
Entonces la pesadilla comenzó, vi como mis compañeros morían, como pedían que no los mataran, sus cuerpos parecian rompecabezas, ah! Y el ruido de las bombas que iluminaban la noche con sangre.
Que ser puede escapar ante tanto horror.
Sí, pero yo lo hice, era una noche muy oscura y fría estábamos apostados con nuestra armas y tapados con hiedra, no sé, no me preguntes cómo, ni en que momento comencé a correr entre la selva, pasaron, no sé cuantos días, solo se que cuando me encontraron los aldeanos del lugar tenia las carretillas duras igualito al perro que esta a punto de morir, los pies inflamados y hasta me cortaron un dedo por la gangrena.
Sabes? Hubiese deseado morir en ese momento, horror, culpa, alegría, tristeza, todo los sentimiento se agolparon en mi pecho, deseaba morir, era mi único escape.
Ellos me cuidaron, me alimentaron, dieron todo por mí.
Trabaje mucho para devolverles el favor de haberme regalado una nueva vida, pero le había prometido volver a mamá, entonces decidí empezar a investigar como podía volver a casa, dios mío ¡que horror esa noche, cuando ví como colgaban a los aldeanos por haberme ayudado y a mí me llevaron los coqueros, para luchar en sú guerra.
Recuerdo que primero me tiraron en un pozo, el olor a excremento y carne podrida se hacia casi imposible respirar; no pude ver el sol, el hambre hacia que mi boca salivara hasta que tomé la decisión, y casi sin pensarlo tome el pie de alguien y haciendo la señal de la cruz, lo comí, desesperado como animal de carroña. Discúlpame pero voy a tomar un poco de agua, dijo.
Pude observar que muy lentamente se inclinó ante la bacha de la cocina y comenzó a vomitar, volvió en silencio y se sentó en la silla y continuó su relato.
Una noche de esas, no se cuál exactamente pero vi como una luz vino hacia mí, me taparon los ojos y entre caídas y patadas llegue supuestamente a hablar con el jefe, y me dijo: _haber ud. dígame su nombre.
_ Juan. Conteste
_ parece que le falta mucho para ser hombre, no? Me dijeron que se quiere volver a su casa? Conteste le estoy haciendo una pregunta o es sordo?
Como pude respondí un sí con la cabeza.
- bueno, Sánchez sacame este gusano de mi vista y llevalo a la cueva, dale algo de comer que mañana tiene que salir con uds, de alguna manera me tiene que pagar la estadía.
Apenas el sol asomaba me sacaron de la cueva y me subieron a un camión, entonces pregunte al que estaba al lado mió: _ que nos van a matar?
_! no_ me dijo, algo peor, vamos a cazar pibes para el jefe.
Entonces desde ese momento pensé en una sola cosa, quería morirme ante tanta desgracia.
Fue así que a mí y a mi compañero nos bajaron, a él le dieron un arma y a mi un cuchillo.
Nos dijeron: - ven ese rancho hay una mujer con su hijo, vallan y tráiganmelo vivo al pibe, con la mujer hagan lo que quieran, es la vida de ud.o la del pibe.
Así fue como a gatas llegamos hasta el lugar pateamos la puerta y allí estaba ella, que sorprendida al vernos tiro el lápiz y el cuaderno y tomo a su hijo entre sus brazos, mi compañero se lo arrancó y mientras yo la sostenía, porque gritaba y lloraba cuál animal le quitan su cachorro, sentí que algo caliente corria por mi rostro, ella tal como una fiera corto mi cara.
En medio del llanto, gritos y confusión le saque el niño y lo deje tirado en el patio y huimos.
Mi compañero no dejaba de decirme que estaba loco, que nos iban a matar.
Pero de una buena trompada le hice entender que había que volver.
En silencio subimos al camión, arrancamos, y llegamos a la casa del jefe. Me acuerdo que nos bajaron de él a patadas, nos desnudaron y nos azotaron hasta el cansancio, cuando nos creyeron casi muerto, nos dejaron, solos con la luz de la luna como compañía. Yo no hacia otra cosa que mirar al cielo y suplicarle a dios poder cumplir la promesa que le había hecho a mi madre.
Una de esas noche estando yo estacado en el patio veo como mi compañero dio su último suspiro y a partir de esa noche no hice otra cosa que pedirle a dios que pudiera sobrevivir, en ese instante llega uno de ellos tira a mi compañero en la caja de uno de los camiones y al oído dice _ hacete el muerto.
Sin decir nada obedecí, a mi amigo lo tiraron al rió y a mi tambien, se subieron apresurados y no supe mas nada de ellos.
Vi, como los animales hacían de mi compañero el mejor banquete, yo cerré los ojos y deje que dios decidiera sobre mi vida.
Pero no se en que momento o como sucedió, pero al otro día aparecí en una rancho y allí estaba ella cuidando de mí, me miró y dijo_ fuiste el único que me devolvió el último hijo que me quedaba, creo que debo devolverte el favor.
_Juan, y que paso con ella?
_murió después de estar tantos años conmigo.
_¿Y su hijo?
_ el hijo fue entregado a una fundación que protege a los niños de la guerra.
_ ¿y nunca mas supiste de él?
_ Si, hoy está en enfrente mío.
Cecilia Velazco
2 comentarios:
Me impresionó la frase "te prometo que voy a volver". Está muy bueno el desarrollo; no sé qué decirte del final.
Pegale una revisadita que hay errores de tipeo, y alguna desprolijidad de puntuación.
¡Genia! me encantó la historia. Lloré cuando leí: recuerdo el olor de mamá (¿quién no?)El final? yo no lo vi venir. Tuve un nudo en la garganta la mayor parte del tiempo de lectura, pasé por sensaciones de asco, de tristeza, de compasión, de rabia.
¿Qué más puedo decirte?
Ana
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