miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA ARCHIFLETADA

Habìa una vez una piquìsima aldea manseriosa situada en lo alto de la montaña, allì solìan sus habitantes remonquitear hasta tarde, pues sus quehaceres eran muy simples sòlo había que archirempomporear.
Cierto dìa Angel y Luz tuvieron una brillante chista, preparar una archifletada e invitar a toda la aldea, pero tenìan que pedir ayuda, pues solos no podían. Convocaron a sus maxigos màs queridos y comenzó la reunión, todos opinaban, unos se dispusieron a buscar las chelotas frìas, otros cocinaron paparronas deliciosas, y otros decoraron con glaripondias graciosas y coloridas.
Anunciaron la gran archifletada por toda la aldea y como a todos les encantaba archirempomporear aceptaron rápidamente.
Y llego el dìa, pero para sorpresa de todos desde lejos se oìa un ronquitonear tan fuerte que todos se atremparon, no sabían que hacer pues nadie sabìa que era.Atrempados en sus copasas temporoneaban de miedo. El ronquitonear se acercaba y Angel se decidió a salir, tan abrumatadado como todos, cuando por fin pudo ver una muchedumbre de maxigos que subìan a la montaña sonando fuertemente sus ronquitonos trayendo chelotas, paparronas y glaripondias para la archifletada. Todos archirepomporearon catapuflitos hasta el amanecer compartiendo sus mejores bondades.

Marisa Romero

4 comentarios:

claunaje dijo...

arisa, me encantó tu cuento, las palabras inventadas estás justan y suenan bárbaras.
Cuánta falta nos haría recibir una invitación a una archifletada como esa!!
Nos vemos el viernes.

Anónimo dijo...

Coincido con Claudia. Las palabras inventadas hacen un juego sonoro muy agradable.
M. Cecilia Tijero

Anónimo dijo...

el cuento tiene palabras agradables suenan bien , me hizo acordar al mundo de los pitufos.Cada cuento produce en nosotras sensaciones y recuerdos disinto.

Anónimo dijo...

MARIA BRAMBILLA

Me gustò la idea que toda la aldea disfrutara de una fiesta y sobre todo la sorpresa del final . Muy bueno